Niños tutelados

 Hola a todos, en la entrada de esta semana voy a tratar un tema que me llama bastante la atención y que además entra dentro de nuestras competencias como educadores sociales, me refiero al tema de los menores tutelados.

Para poneros en contexto, hay una gran cantidad de personas que de niños estuvieron bajo la tutela del estado y que hoy en día el mismo Estado que los acogió de pequeños, ahora les quita a sus hijos, los cuales pasan a estar tutelados también.

He leído una noticia en la que aparecen varios testimonios de mujeres que se encuentran en este caso y narran lo sufrido que era estar en algunos de los centros donde fueron acogidas, en el caso de la primera fue un centro de menores, en el cual estuvo durante 13 años, cuenta que sus días se basaban en un constante maltrato verbal y físico, los castigos para los que no cumplían las reglas eran palizas por parte de las personas que trabajaban en este lugar.

Hay datos que nos revelan que la mayoría de familias que son formadas por personas anteriormente tuteladas son desestructuradas y que por lo tanto los menores de estas familias van a repetir la historia de sus progenitores, esto será así mientras la solución de la administración pública sea llevarse a los niños con la excusa de que la familia no es adecuada, esa no es la respuesta que debe darse si no que hay que prestar ayuda directa a esas familias para romper el círculo vicioso.

Os voy a contar el caso real de la hija de esta mujer, que fue ingresada en un centro de menores con 9 años, lo primero que alertó a la familia fue que la menor comenzó a tener un comportamiento agresivo, no quería ir al colegio, se negaba a ducharse... su madre asegura que esta actitud se daba porque a la niña no se le ponían ningún tipo de normas en su casa, pasaba mucho tiempo con sus abuelos...

Los siguientes en darse cuenta de la situación fueron sus profesores, el colegio comenzó a quejarse de la falta de aseo y de que la niña nunca llegaba puntual a sus clases, por lo que se hizo un informe a "menores". Esta es la historia de la niña.

La madre de esta niña en su niñez estuvo en un centro durante 13 años como os he comentado antes, además de eso tuvo que presenciar sola la muerte de su madre (algo que es una experiencia muy traumática en la vida) y por si fuera poco al tener a su hija tuvo un brote psicótico, lo que le obligó a estar internada en un psiquiátrico durante 3 meses.

Los servicios sociales comenzaron a visitar a la madre, y le propusieron llevar a la niña al mismo centro de menores donde ella pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia pero esta se negó debido a los horrores que había vivido anteriormente, pero le obligaron a firmar el papel donde permitía que se llevaran a la niña, y lo hizo ya que si no perdería además la custodia.

El progreso de la menor en el centro fue bueno, los padres iban a verla cada 15 días y poco a poco pudo ir a casa los fines de semana, a los padres se les propone un plan de integración familiar y después de 1 año consiguen llevarse a la menor a casa pero con la condición de que debe visitar el psicólogo y aceptar la ayuda de una asistente social. Hoy en día la niña es adolescente y el caso está cerrado.

Hay muchas familias que luchan diariamente por recuperar a sus hijos y en muchos casos tienen que ver como son acogidos por otras familias o que incluso no salen del centro hasta la mayoría de edad.

Finalmente quiero dar mi opinión sobre este tema, me parece una gran labor la que hacen los servicios sociales, pero si creo que hay casos en los que no es necesario separar al niño de la familia y hacerle daño a esos padres, muchos casos pueden ser resueltos desde las casas de las familias, con terapias de familia, psicólogos, visitas de un asistente social periódicamente... aunque también es cierto que en otros muchos casos es necesario separar al menor de sus padres porque se encuentra en una situación insostenible en la que no va a poder crecer con todas sus necesidades satisfechas y acabará teniendo algún problema de exclusión o similar.

En todos los casos creo que se deben hacer valoraciones profundas y sopesar cuales son las distintas soluciones posibles, pero teniendo en cuenta las necesidades del niño y de la familia.

Y por último me gustaría destacar que se debe trabajar más con los menores en los centros, para que en un futuro sus hijos no repitan los mismo pasos que ellos, o también tener algún tipo de control sobre esos hijos sabiendo cuales fueron los fallos de sus progenitores.